TIC para innovar en Educación
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lunes, 22 de abril de 2024
Oración Cristiana 22 de abril 2024
¡Buenos días, mi Señor y mi Dios! Agradezco tu fiel cuidado durante la noche y por permitirme contemplar la luz de un nuevo día. Te alabo por tu presencia constante y por las bondades que derramas en nuestras vidas.
Padre amado, confío este nuevo
día en tus manos sabias y amorosas. Sé que en tu poderosa providencia encontraremos
ayuda y protección, por eso te doy infinitas gracias.
Señor, anhelo tu cercanía en
esta mañana, pues en ti encuentro las fuerzas para afrontar cada desafío.
Reconozco que contigo, aun en los momentos difíciles, hay paz. Tú eres nuestro
sostén constante y nuestra guía perpetua. Deseo estar atento a tu voz y vivir
en obediencia a tus mandatos.
Mi Elohim, deposito todas mis
peticiones y anhelos en tus manos, confiando en tu fidelidad y amor inagotable.
Sé que este día será grandioso porque tú estás conmigo. En ti confío
eternamente, pues eres el Padre amoroso que vela por mi bienestar. Te doy
gracias por tu amor sin límites. Con valentía enfrentaré los desafíos de este
día, sabiendo que todo estará bien bajo tu cuidado.
Padre celestial,
Me inclino en adoración y
alabanza delante de ti en este momento sagrado. Me cubro con la preciosa sangre
de tu Hijo, Jesucristo, como mi protección mientras me acerco a ti en oración.
Entrego totalmente y sin reservas cada área de mi vida a ti, rechazando toda
influencia y obra de Satanás que pudiera obstaculizarme en este tiempo de
comunión contigo.
En el poderoso nombre de Jesús,
comando a Satanás y a sus demonios que se aparten de mi presencia. Que la
sangre de Jesucristo los aleje y proteja este espacio para la comunión con mi
Dios.
Padre celestial, te adoro y te
doy gracias por tu amor eterno y tu fidelidad constante. Reconozco que eres
digno de recibir toda gloria, honor y alabanza. Renuevo nuestra lealtad a ti y
te ruego que el Espíritu Santo me guíe y dirija en este tiempo de oración.
Te doy gracias, Padre celestial,
por tu amor incondicional que me ha amado desde la eternidad pasada. Agradezco
profundamente el sacrificio de tu Hijo, Jesucristo, quien murió como mi
sustituto para redimirme. Gracias porque a través de él he sido perdonado y
justificado, y tengo vida eterna en ti.
Padre celestial, abre mis ojos
para que pueda ver la grandeza de tu amor y tu disposición para este nuevo día.
En el nombre de Jesucristo, tomo mi lugar con él en los lugares celestiales,
donde todo principado y poder está sometido bajo mis pies.
Reclamo la victoria que
Jesucristo ganó en la Cruz sobre toda obra de Satanás, y declaro que todos los
poderes y fuerzas malignas están sujetos a mí en el nombre de Jesús.
Agradezco por la armadura
espiritual que me has proporcionado, y la pongo en este día. Me ciño con el
cinturón de la verdad, me cubro con la coraza de justicia, calzo mis pies con
el evangelio de la paz, me protejo con el casco de la salvación, levanto el
escudo de la fe y tomo la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios.
En completa dependencia de ti,
Santo Espíritu, vivo y oro con esta armadura puesta, resistiendo todo ataque
del enemigo.
Padre celestial, agradezco por
la victoria que Jesucristo obtuvo sobre todo principado y potestad, y reclamo
esa victoria para nuestravida hoy. Rechazo toda insinuación, acusación y
tentación de Satanás.
Afirmo que tu palabra es
verdadera y elijo vivir en obediencia a ti. Te pido que me muestres cualquier
área de nuestravida que no te satisfaga, y me capacites para vivir en tu
voluntad.
Por fe, me despojo del hombre
viejo y me revisto del nuevo hombre en Cristo. Me someto a la obra del Espíritu
Santo en nuestra vida, permitiendo que limpie toda vieja naturaleza y me llene
de su amor, su poder y su templanza.
Rechazo y resisto todos los
esfuerzos de Satanás para robarme la voluntad de Dios, y me entrego
completamente a ti como un sacrificio vivo. Decido no conformarme a este mundo,
sino ser transformado por la renovación de nuestra mente, para que pueda
conocer y seguir tu voluntad perfecta.
Gracias, Padre celestial, por
equiparme con armas espirituales poderosas para derribar fortalezas y resistir
al enemigo. Rompo todo plan y toda obra de Satanás en nuestra vida, y declaro
que soy más que vencedor en Cristo Jesús.
Que tu Espíritu Santo llene nuestra
vida hoy, derribando todo ídolo y echando fuera todo enemigo. Te agradezco por
tu voluntad expresada en tu palabra y reclamo toda bendición espiritual en los
lugares celestiales en Cristo Jesús.
En el nombre de Jesucristo, me
entrego a ti por completo y te ruego que me guíes y dirijas en este día. Que tu
voluntad se haga en nuestra vida y que yo pueda vivir para glorificarte en todo
lo que hago.
Padre celestial, en este nuevo
día me postro ante ti con gratitud en el corazón. Te agradezco por escuchar nuestro
clamor cada mañana y por todas las veces que has respondido mis oraciones a lo
largo de nuestra jornada contigo. Tu fidelidad es incomparable y digna de
alabanza.
Dios bondadoso, nuestro corazón
rebosa de gratitud al saber que siempre estás atento a nuestra voz. Es
reconfortante saber que puedo acudir a ti en cualquier momento, sin importar la
situación que atraviese. Tú, Señor, estás ahí, escuchando cada susurro de nuestra
alma, comprendiendo mis anhelos más profundos.
Señor, qué maravilloso es saber
que tu presencia me acompaña a cada paso, tanto en la luz del día como en la
oscuridad de la noche. Gracias porque nunca me abandonas, sino que permaneces a
nuestro lado, trayendo consuelo y claridad a mis pensamientos en medio de la
confusión y la incertidumbre.
Padre amado, anhelo vivir en
conformidad con tu voluntad. Te ruego que me guíes y me ilumines en este día,
para que pueda discernir tu propósito para nuestra vida y caminar en él con
determinación y obediencia. Que cada acción, palabra y pensamiento estén
alineados con tu perfecta voluntad. En tu nombre Abba padre
Padre celestial, en este nuevo día me postro
ante tu presencia con humildad y gratitud en el corazón. Te alabo y glorifico
por todas tus bondades y por el inmenso amor que derramas sobre mí día tras
día. Reconozco que sin ti nada soy y nada puedo hacer, por eso te pido que me
acompañes y guíes en cada paso que dé.
Señor amado, anhelo mantener nuestra vista
puesta en ti en todo momento. Te ruego que dirijas mis pasos y me concedas
sabiduría para discernir tu voluntad en medio de cada situación que enfrente.
Reconozco que hay muchas decisiones que debo tomar a lo largo de este día, y
por eso te pido que me concedas la sabiduría necesaria para actuar siempre bajo
tu dirección.
Padre celestial, nuestro mayor anhelo es ser
más como Jesús cada día. Te pido que me enseñes a ser más amable con los demás,
a expresar mis opiniones con respeto y aprecio, de manera que aquellos que me
rodean puedan percibir tu amor a través de mis acciones y palabras.
Confío en ti, Señor, todas las tareas que debo
realizar hoy. Te pido que me ayudes a no estar ansioso por las cosas que debo
hacer, sino a confiar en tu provisión y a ser eficiente en el uso del tiempo y
los recursos que me has dado. Permíteme ser un ejemplo de servicio amoroso para
los demás, sirviendo con diligencia y entrega, como una ofrenda para ti.
Ayúdame también a bendecir a nuestras familias,
mis hermanos en Yeshua Hamashia, mis amigos, mis vecinos y mis compañeros de
trabajo con mis palabras y acciones. Permíteme tratar a todas las personas con
amor y compasión, reflejando tu corazón en todo lo que hago. Que vida brille
para tu gloria en este día y siempre.
Aunque la oscuridad se cierre a nuestro
alrededor, no temeré, Ruaj Hakodesh de Dios, porque sé que incluso en la noche
más densa, el amanecer está por llegar y tú pronto nos regalarás tu luz a
través del sol.
Padre celestial, en este nuevo
día te pido que brilles a través de nuestras vidas para que pueda alcanzar a
otros con tu luz y tu amor. Que mi corazón esté cerca del tuyo, ansioso por
reflejar tu bondad y tu gracia en todo lo que hago. Acompáñame en cada momento,
Señor, y guíame en todas mis acciones para que pueda aferrarme a ti en medio
del trajín diario. Que nunca olvide que cuento contigo en cada situación que
enfrento.
Señor, quiero dar importancia a
lo que es importante para ti. Que todas nuestras acciones y palabras sean un
reflejo de tu amor y tu verdad en este día. Guíame y ayúdame, Padre, para que
pueda vivir en conformidad con tu voluntad y glorificar tu nombre en todo lo
que hago.
En este día, quiero abrazarme a
tu presencia y a tus promesas. Ayúdame a enfocarme en tu Palabra y en lo que tú
dices sobre mí, sobre mi familia y sobre nuestras situaciones. Que mi corazón
esté abierto para recibir el ánimo y el consuelo que solo tú puedes dar. Que tu
voz resuene en mi interior a lo largo del día, recordándome que estás conmigo y
que puedo confiar en tu fidelidad en todo momento.
Quiero regocijarme en ti, Señor,
y recordar todas las bendiciones que nos has concedido a mí y a mi familia. Tú
has sido fiel y misericordioso en todo momento, y por eso quiero mantener mis
ojos puestos en ti y seguir el camino que has trazado para mí. Dame las fuerzas
y la determinación para vivir para ti y cumplir tu voluntad en este día y
siempre. Te amo, Señor, y confío en tu dirección en mi vida. En tus manos me
entrego hoy y por siempre.
Tú eres el Dios del día y de la
noche, por eso mi clamor no cesa en ningún momento, porque sé que en esta hora
me escuchas.
Si me has guiado hasta aquí, por
favor, atiende mis peticiones y no las desoigas, pues confío en que tus copas
celestiales están rebosantes con mis ruegos.
Por favor, atiende y concede mis
deseos si están alineados con tu voluntad, y si no, guíame por el camino
correcto para que no me desvíe.
Gracias, amado Padre, porque sé
que tu obra nunca cesa. Puedo sentir tu presencia en esta hora, cuando el mundo
parece detenerse, pero tú continúas obrando en favor de los que creen.
Por la mañana, me permites ver
tu gloria, Ruaj Hakodesh, y tu luz penetra incluso los lugares más oscuros para
recordarnos que en ti encontramos una esperanza abundante.
Gracias por este maravilloso
regalo, un nuevo amanecer que renueva en mí la certeza de tus promesas sobre mi
vida.
Tu palabra me sustenta y aclara
mi mente cuando las circunstancias intentan confundirme.
En este día, declaro tu
bendición abundante y sobrenatural sobre mi vida. Todas mis obras serán para
glorificar tu nombre. Guíame, oh Dios mío, porque no quiero dar un solo paso
sin tu dirección.
Si me equivoco, dame la
oportunidad de corregirme y líbrame del orgullo y la soberbia, pues son camino
de muerte y engaño para el hombre.
Pero yo, Ruaj Hakodesh, escucho
tu palabra y me preparo para toda buena obra en Cristo Jesús, nuestro Dios,
quien nunca conoce la derrota y permanece fiel ante aquellos que reverencian su
santo nombre.
Bendigo tu presencia en este
nuevo día, Señor, mi consolador. No daré un solo paso si no vas conmigo, porque
mis obras serían vanas sin tu dirección.
Desde que te conocí, comprendí
que solo tú puedes dar sentido a la vida del hombre, y solo tú conoces el bien
que le conviene.
Me declaro completamente
dependiente de ti, oh Padre amado, y confieso que solo contigo a mi lado, mis
días pueden ser prósperos.
Guíame para rectificar los
errores del pasado y permite que mis manos bendigan a aquellos que tú pongas en
mi camino hoy.
Así como estuviste con Jesús
durante sus pruebas en el desierto, permanece a mi lado en mis momentos de
dificultad y fortaléceme para elegir siempre lo bueno.
Ruaj Hakodesh, tu presencia es
hermosa y poderosa. Mientras me dispongo a comenzar este nuevo día que me has
regalado, guíame para que pueda ver tu gloria en cada momento.
Coloco cada uno de mis proyectos
en tus manos, porque has sido tú quien los ha revelado en mi vida y sé que sin
ti, no tendrán éxito.
Muéstrame aquello que no está en
tu voluntad para que pueda corregir mi camino.
Guarda mis entradas y salidas, y
permíteme volver a casa al final del día para contar tus maravillas, las
bendiciones que espero en este día que siento traerá abundancia.
Somete a mis enemigos para que
no sean un tropiezo para mí. Si fallo en mi camino, ayúdame a vencer las
tentaciones. Tuyo es el poder y la gloria, y confío plenamente en tu presencia
preciosa.
Bendito Padre omnipotente,
Te agradezco por este nuevo día,
donde con el despertar del sol y el inicio de mi jornada, tengo la oportunidad
de acercarme más a ti y de servirte mejor que ayer.
Gracias por la familia que me
has dado, por mis amigos que me guían hacia el bien, y por todo lo que me
acerca a ti y representa positividad en mi vida.
Humildemente, inicio este día
con gratitud y humildad, buscando una conexión espiritual contigo. Que tu Ruaj
Hakodesh guíe cada uno de mis pasos, para que mi vida sea un reflejo de tu amor
y bondad ante los demás.
Que mis palabras sean portadoras
de tu verdad y mis acciones reflejen tu voluntad. Que mi trabajo esté bendecido
por y cubierto por la santa sangre de Yeshua Hamashia y que sea un testimonio
de mi obediencia a tu voluntad.
Señor Jesucristo, abre mis ojos
para que pueda ver tu esplendor y así tomar decisiones que estén alineadas con
tu voluntad. Que mi corazón se regocije en ti y que mi vida sea un testimonio
vivo de tu amor y gracia para aquellos que me rodean.
Te entrego mi corazón, mis
pensamientos y todo mi ser para que me transformes a tu imagen, y así
glorificar tu santo nombre en cada paso que doy.
Señor, Dios todopoderoso, que
nos has hecho llegar al comienzo de este día: danos tu ayuda para que no
caigamos hoy en el pecado, sino que en nuestras palabras, pensamientos y
acciones sigan el camino de tus mandatos.
Gracias, Señor, por permitirme
despertar una vez más y comenzar este nuevo día. Te ofrezco cada actividad que
emprenderé hoy. Concédeme la gracia de vivir cada momento con plenitud,
siguiendo tu ejemplo de trabajar, orar, servir, agradecer, sonreír y disfrutar.
Que las preocupaciones del mañana no me distraigan del presente; deseo
permanecer unido a ti en todo momento, y que mis palabras y acciones reflejen
siempre tus enseñanzas. Ayúdame a ser reflexivo, a pensar antes de hablar y a
tomar decisiones con sabiduría, reconociendo que cada una tiene sus
consecuencias. Permíteme ser generoso con mi tiempo y estar disponible para
servir y ayudar a los demás. Todo esto te damos gracias YAHWEH en nombre de tu hijo amado Yeshua Hamashia amén.
martes, 19 de marzo de 2024
Oración Cristiana para la mañana Devocional 26 de enero
Amado Padre celestial, hoy te presento a mis hermanos y hermanas en la fe, aquellos que se congregan contigo en comunión y adoración. Te doy gracias por unirnos como una familia espiritual, donde encontramos consuelo, apoyo y aliento unos en otros.
Te pido, Señor, que bendigas a cada uno de mis hermanos y
hermanas en la fe. Fortalécelos en su caminar contigo, llena sus vidas de tu
amor y paz. Que sus corazones estén siempre abiertos a recibir tu Palabra y a
vivir de acuerdo a tus mandamientos.
Te ruego, Padre, que protejas a mis hermanos y hermanas de
todo mal y peligro. Guárdalos de las tentaciones del enemigo y revístelos con
tu armadura espiritual para que puedan resistir en el día malo. Fortalece sus
lazos de amor y unidad, y permíteles ser luces brillantes en un mundo que tanto
necesita de tu amor y gracia.
Que tu Espíritu Santo siga obrando en medio de nosotros,
llevándonos a una mayor intimidad contigo y capacitándonos para servirte con
fidelidad y entrega. Te lo pedimos en el nombre de Jesucristo, nuestro Señor y
Salvador.
En este nuevo día que hoy se abre ante mí, Padre, te doy
gracias por todas las bendiciones que conlleva. Reconozco que cada amanecer
representa un nuevo comienzo, una oportunidad renovada de vivir, amar y servir.
Deposito esta jornada en Tus manos, confiando en Tu soberanía y en Tu dirección
en cada paso que dé.
Concédenos, Señor, la sabiduría necesaria para enfrentar los
desafíos que podamos encontrar en el camino. Permítenos llenar nuestros corazones
de compasión, amor y comprensión hacia aquellos que se crucen en nuestro
sendero. Ayúdanos a ser una fuente de aliento y luz en la vida de los demás,
reflejando así Tu gracia y Tu amor.
Al adentrarme en las responsabilidades que este día trae
consigo, anhelo que Tu presencia sea mi compañía constante. Que Tu paz sea mi
refugio seguro y Tu amor mi guía inquebrantable. Concédele a mi corazón el
poder para enfrentar cada tarea con diligencia y entusiasmo, ofreciendo lo
mejor de mí en todo momento.
Padre Celestial,
En este momento de oración, me acerco a Ti confiando en Tu
poder y en Tu amorosa protección. Como está escrito en Salmos 91:2: "Yo
digo del Señor: Él es mi refugio y mi fortaleza, mi Dios, en quien
confío". Reconozco que Tú eres mi amparo en todo momento y bajo cualquier
circunstancia.
Encomiendo mi vida y la de mis seres queridos en Tus manos,
confiando en Tu promesa de cuidarnos y protegernos. Como dice el Salmo 121:7-8:
"El Señor te protegerá de todo mal; él cuidará tu vida. El Señor cuidará
tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre". Confío en Tu fidelidad
para guardarnos de todo peligro y mal.
Te pido, Señor, que despliegues Tu escudo de protección
sobre nosotros, como está escrito en Efesios 6:16: "Sobre todo, tomad el
escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del
maligno". Fortalécenos con Tu armadura espiritual para resistir cualquier
ataque del enemigo.
Que Tu presencia poderosa nos rodee como un muro de fuego,
como menciona Zacarías 2:5: "Yo mismo seré para ella un muro de fuego en
derredor, y seré su gloria en medio de ella". Que Tu luz divina disipe
toda oscuridad y nos guíe por el camino de la rectitud y la verdad, como enseña
Juan 8:12: "Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en
tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida".
Encomendamos nuestro camino a Ti, confiando en Tu dirección
y cuidado, según Proverbios 3:5-6: "Confía en el Señor de todo corazón, y
no en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él allanará
tus sendas". Que Tu paz, que sobrepasa todo entendimiento, guarde nuestros
corazones y nuestras mentes en Cristo Jesús, como se menciona en Filipenses
4:7.
Gracias, Padre, por escuchar nuestra oración y por ser
nuestro amparo y fortaleza en todo momento. Confiamos en Tu poder soberano y en
Tu amor inagotable. En el nombre de Jesús, Amén.
Señor, permite que Tu gracia abunde en mis interacciones con
todos aquellos con quienes me encuentre hoy, ya sea en el trabajo, en el
trayecto diario o en mis responsabilidades cotidianas. Haz que Tu misericordia
sea mi escudo contra la negatividad y que mis esfuerzos, grandes o pequeños,
reflejen Tu bondad y Tu gracia.
En los momentos de duda y temor, recuérdame que nunca estoy
solo, porque Tú estás conmigo. Guíame a través de los valles de sombra que
pueda enfrentar, y permíteme ser un testimonio viviente de Tu amor, bondad y
compasión mediante mis palabras y acciones.
Al rendir mis planes a Tu perfecta voluntad, oro para que
Tus propósitos prevalezcan en mi vida y que mi corazón esté siempre alineado
con Tu guía. Que cada momento de este día traiga gloria a Tu nombre y
fortalezca mi fe y obediencia a Tu Palabra santa.
Gracias, Señor, por el regalo de un nuevo día y por la
esperanza que trae consigo. Con gratitud y confianza, abrazo este nuevo viaje,
sabiendo que en Ti cada paso tiene un propósito y cada momento es un tesoro
invaluable.
En el nombre
de Yeshua Hamashia
Padre celestial, en este momento me acerco a Ti buscando Tu
protección y resguardo. Reconozco que Tú eres mi refugio y mi fortaleza, mi
roca en quien confío plenamente. Encomiendo mi vida, mi familia y todo lo que
me concierne a Tu cuidado amoroso.
Te pido que envíes a tus ángeles para que acampen alrededor
de mí y me protejan de todo peligro y malicia. Que Tu presencia sea mi escudo y
mi defensa contra cualquier amenaza que se presente en mi camino.
Confiado en tu poderoso nombre, declaro que ningún arma
forjada contra mí prosperará y que toda lengua que se levante contra mí en
juicio será condenada. Confío en tu promesa de que estarás conmigo en cada paso
que dé, guiándome y protegiéndome en todo momento.
Te agradezco, Señor, por tu amor inquebrantable y por ser mi
protector y guardián. En ti confío, y en tu poder y bondad me refugio.
Vengo hoy ante Ti con un corazón que busca refugio y
liberación. Al igual que el salmista clamó a Ti en tiempos de angustia, te pido
humildemente Tu presencia y fortaleza en mi vida. Tú eres mi roca y mi
fortaleza, mi fundamento seguro en medio de los desafíos y la adversidad.
Padre, elevo mis luchas y desafíos ante Ti. Escucha mi
clamor y no me abandones. Concédeme Tu sabiduría y guía, para que pueda navegar
a través de las dificultades a las que me enfrento. Fortalece mi fe y concédeme
el valor de confiar en Tus promesas infalibles.
En medio de las tormentas de la vida, elijo adorarte y
alabarte. Eres justo y fiel, y Tu presencia trae consuelo y paz a mi alma.
Ayúdame a declarar Tu justicia y Tus poderosos actos, incluso en medio de las
pruebas.
Señor, pongo mi vida en Tus manos. Confío en Tu fidelidad y
cuento con Tu fuerza. Que Tu nombre sea glorificado en todas las
circunstancias. Gracias por ser mi refugio y mi esperanza.
En Tu divina presencia, vengo humildemente en busca de
positividad y felicidad. A través de Tu amorosa guía, ayúdame a confiar en Tu
plan para mi vida.
Señor, mientras te entrego mis preocupaciones y dudas, por
favor, llena mi corazón con Tu luz. Permíteme experimentar la alegría que
proviene de confiar plenamente en Tu voluntad.
Dios Todopoderoso, enséñame a ver lo bueno en cada
circunstancia. Recuérdame que Tú obras todas las cosas en mi beneficio, incluso
cuando no puedo verlo.
Padre, permíteme afrontar cada día con un corazón
agradecido. Gracias por las bendiciones que me concedes, tanto las visibles
como las invisibles.
Cuando me encuentre con otros, permíteme ser un faro de Tu
amor, compartiendo la positividad y la felicidad que se derivan de una vida
arraigada en la fe.
Dios de todo consuelo, concédeme la fuerza para dejar de
aspirar en todo momento tener el control y, por lo contrario, aprender a
confiar en Tu tiempo perfecto. Que encuentre siempre satisfacción en saber que
cuento con Tu divina presencia, dando dirección a cada uno de mis pasos.
Padre Celestial,
En este momento de vulnerabilidad, vengo ante Ti con el
corazón oprimido, sintiendo el peso del abandono. Señor, Tú comprendes el dolor
y la confusión que surgen cuando nos sentimos abandonados, dejados atrás u
olvidados por aquellos a quienes apreciamos.
Reconozco que, incluso en las profundidades de la
desesperación, Tú permaneces constante y fiel. Tu amor por nosotros es
inquebrantable, y prometes no dejarnos ni abandonarnos jamás. Ayúdame a
encontrar consuelo en Tu presencia y a confiar en Tu plan perfecto.
Señor, te entrego mis sentimientos de abandono. Cura las
heridas infligidas por experiencias pasadas de rechazo y abandono. Llena el
vacío de mi corazón con Tu amor y aceptación incondicionales. Ayúdame a verme a
través de Tus ojos, como una creación querida y valiosa.
Concédeme la fuerza para perdonar a quienes me han causado
dolor con su abandono. Ayúdame a liberar cualquier amargura, resentimiento o
ira que albergue en mi interior. Elijo extender la gracia y la misericordia,
tal como Tú me has mostrado.
En los momentos de soledad y aislamiento, recuérdame Tu
presencia permanente. Rodéame de una comunidad de personas afectuosas que me
apoyen y eleven. Dame el valor de pedir ayuda y de construir relaciones basadas
en la confianza y el respeto mutuo.
Señor, te ruego por quienes puedan estar experimentando
abandono o sentimientos de rechazo en este momento. Derrama sobre ellos Tu
toque reconfortante y sanador. Que encuentren consuelo en Tu abrazo amoroso y
descubran la esperanza que sólo Tú puedes proporcionar.
Mientras camino por las complejidades de la vida, te pido Tu
guía y dirección. Condúceme por un camino con propósito, recordándome que nunca
estoy solo. Ayúdame a encontrar la plenitud en el servicio a los demás y en la
búsqueda de Tu voluntad por encima de todo.
Gracias, Señor, por escuchar mi oración. Confío en que
traerás sanación, restauración y un renovado sentido de pertenencia a mi vida.
Me aferro a Tu promesa de que nunca me abandonarás.
Padre Celestial, venimos hoy ante Ti abriendo nuestros
corazones a tu gracia, pues ellos anhelan la restauración, la salvación y el
resplandor de Tu presencia. Reconocemos nuestras limitaciones y nos rendimos
humildemente a Tu soberanía y poder. Restáuranos, oh, Dios Todopoderoso, en
todas las áreas de nuestras vidas en las que hayamos experimentado quebranto y
dolor, sufrimiento y aflicción. Sana nuestros corazones y cura las profundas
heridas en el perpetradas por los golpes de la vida, y repara las relaciones
fracturadas o rotas en nuestro camino para que recobremos las fuerzas y la
energía pérdida por nuestras almas agotadas de batallar.
Padre, anhelamos que Tu rostro brille sobre nosotros.
Ilumina nuestros caminos con Tu luz divina, disipando la oscuridad que nos
rodea. Que Tu favor y Tu gracia sean evidentes en nuestras vidas, guiándonos a
través de los desafíos a los que nos enfrentamos. Ayúdanos a ver Tu mano en
acción y a confiar en Tu tiempo perfecto.
Señor, nuestro último deseo es la salvación. Reconocemos que
la verdadera liberación sólo puede venir de Ti. Sálvanos, no sólo de las
pruebas de este mundo, sino también de nuestros propios defectos y pecados.
Acércanos a Ti, profundiza nuestra intimidad contigo y condúcenos a una vida
transformada por Tu amor y Tu gracia.
Gracias por el regalo maravillo que es tu hijo Yeshua Hamashia
no hay nombre mayor a este nombre.
Padre Celestial, en este día me presento ante Ti,
aferrándome a Tus promesas. Al igual que Abraham y Sara enfrentaron dudas e
incertidumbres, yo también me encuentro cuestionando el momento y la
realización de Tus planes. Sin embargo, reconozco, Señor, que nada es demasiado
difícil o maravilloso para Ti. Tu poder no tiene límites. Te pido que me ayudes
a confiar en Tu tiempo perfecto y a sostener una fe inquebrantable.
En momentos de cansancio e impaciencia, te pido que me
recuerdes Tu fidelidad a lo largo de la historia y en mi propia vida. Haz que
recuerde las oraciones que ya has respondido y los milagros que has realizado.
Calma mi corazón ansioso, Señor, y lléname de esperanza y confianza renovadas
en Tus promesas.
Te entrego mis dudas y temores, sabiendo que Tú eres el
Cumplidor de Promesas. Permíteme seguir Tu guía, incluso cuando el camino
parezca incierto. Dame la fuerza para resistir y la fe para creer que Tus
planes para mí son buenos. Te lo pido en el nombre de Yeshua Hamashia.
Encuentra consuelo sabiendo que Dios es fiel y que Sus
promesas se cumplirán en Su momento perfecto. Confía en Él, aférrate a Su
palabra y encuentra paz sabiendo que nada es demasiado difícil para el Señor.
Señor Dios todo poderoso, gracias te doy por este nuevo día,
ya que con este nuevo día tengo la oportunidad de acercarme más a ti, y de
servirte mejor que ayer.
Gracias te doy por mi familia, mis amigos y por todas las cosas
que ya has puesto enfrente de mí para mi bien.
Santifica Señor por medio de tu Santo Espíritu, cada paso
que yo de, para que a través de ellos de muestra de tu gloria y poder a los que
encuentre por el camino.
Bendice Señor Jesucristo mis labios para que den testimonio
de tu misericordia y amor; unge Señor Jesucristo mis manos con el perfume de tu
Santa Obediencia a la Ley, para que estas bendigan mi labor; abre mis ojos para
que vean tu esplendor y así poder tenerte como luz que de claridad a todas las
decisiones que hoy tome.
Que por tu gracia mi corazón se regocije dé tal manera que
todo el universo sepa que soy tu siervo, y así humildemente servir como
instrumento de tu Divina Paz.
Te entrego mi corazón, mis pensamientos y todo mi ser para
que los transformes a tu Imagen, y así poder yo ser más como tú por el bien de
tu pueblo, y para la gloria de tu Santo Nombre. Te pedimos esto en el Santo
nombre de Jesucristo nuestro Señor.
Al presentarme ante Ti en oración, me aferró a Tu fiel
promesa que encontramos en Isaías 43:2, donde declaras que las aguas profundas
no nos ahogarán y las llamas de los problemas no nos abrumarán. Confiando en
que Tu mano nos sostiene ante el mal y cualquier enemigo que se presente.
Te agradezco, Señor, por brindarme la seguridad de Tu
constante presencia en todas las circunstancias de mi vida, especialmente
cuando enfrento retos y dificultades.
Es un gran consuelo saber que Tú estás a mi lado. Tu
presencia me otorga fuerza y valor para enfrentar las aguas turbulentas y los
ríos caudalosos que intentan abrumarme y obstaculizar mi avance. En momentos de
profundas pruebas y tribulaciones, encuentro consuelo en la certeza de que Tú
eres mi roca y mi refugio en todo momento. Ayúdame a confiar en Tus promesas y
a apoyarme en Tu amor inquebrantable y perfecto.
Cuando atraviese el fuego de los problemas, dame la
confianza para no temer, sabiendo que Tú me protegerás de las llamas del miedo
y la tristeza. Aunque las piedras en medio de mi camino ardan con furia, no
serán capaces de consumirme, porque estoy protegido por el escudo de Tu poder,
que me libra de todo daño y me sostiene con Tu gracia, siendo mi refrigerio en
medio del calor de tales dificultades.
Gracias, Señor, por Tu promesa de estar siempre conmigo.
Confío en Tu bondad y provisión. Ayúdame a caminar con fe y a vivir cada día
con la seguridad de que Tú eres mi refugio y mi fortaleza.
Nunca me
desampares, Padre, y ven siempre en mi auxilio. Te lo ruego todo en el poderoso
nombre de Yeshua Hamashia.
Dios, mi Padre amoroso, hoy acudo a Ti con un corazón que
busca Tu paz y Tu consuelo. Son muchas las dificultades e incertidumbres a las
que me enfrento, y en mi humanidad, a menudo me siento ansioso y temeroso. Te
pido que renueves mi espíritu y me llenes de fe. Ayúdame a recordar que Tú
tienes mi vida en Tus manos, y que el número de mis días fue ordenado por Ti.
Donde haya miedo y duda, haz que confíe en Tu amor y soberanía.
Señor, aquieta mi mente acelerada. Cuando las preocupaciones
por el futuro traten de abrumarme, guía suavemente mis pensamientos hacia lo
que es verdadero, noble, recto, puro, amable, admirable. Recuérdame que Tú
tienes buenos planes para prosperarme y no para dañarme, para darme esperanza y
un futuro. Enséñame a fijar mis ojos no en lo que se ve, sino en lo que no se
ve. Lo que no se ve es eterno, mientras que lo que se ve es temporal.
Que Tu amor perfecto eche fuera todos mis temores. Hazme
fuerte y valiente mientras pongo mi confianza en Ti. Aunque camine por el valle
de sombra de muerte, no temeré ningún mal, porque Tú estás conmigo. Tu vara y
Tu cayado me consuelan. Tu bondad y Tu amor me seguirán todos los días de mi
vida.
Señor, en este día que inicia y que sé que me ha sido dado
producto de Tu bondad, Tu piedad y Tu misericordia, quiero agradecerte porque
sé que estás en todo momento obrando cosas nuevas en mí y me transformas y me
guías por caminos de bendición. Hoy recibo esta nueva jornada como un precioso
regalo que espero honrar, sirviéndote y caminando por lo que me ordena Tu Santa
Palabra, pues ella es mi sendero, mi luz y la lámpara que alumbra hasta las
rutas más oscuras que la vida me depara.
Te pido que me
orientes y me des la dirección que necesito, Padre para tomar las mejores
decisiones que rindan el mayor fruto y que más te glorifiquen, y que afines
carácter y fortalezcas mi fe, para que no tema en ningún momento y no me hagan
decaer ni los errores del pasado ni las incertidumbres del futuro, de forma que
pueda dejar todas esas cargas innecesarias que entorpecen mi avance, en el
sostén de Tus manos poderosas que son infalibles y que protegen a cada uno de
los que Te siguen y se han hecho Tus hijos.
Señor, Te pido por todos aquellos en necesidad, en
enfermedad o que por una u otra razón transitan solos este camino que es la
vida: confórtalos, hazles notar Tu presencia, y que en ellas sientan y
reconozcan que tienen un Padre en los cielos que nunca los dejará caídos.
Gracias Señor por Tu misericordia y Tu bondad.
Señor, en este día que inicia quiero darte las gracias por
un privilegio que muchos no poseen, el privilegio de conocerte, de saber o
intentar saber tus caminos, tu voluntad y tu ley. Mi vida posee sentido porque
te encuentras a mi lado y tu presencia me protege, me cuida y me guía. Y aunque
muchas veces no conozca adónde debo ir, te tengo como una luz que me señala
cual es el sendero, pues tu eres como has prometido, el camino, la verdad y la
vida y Tu palabra es la lámpara que alumbra los destinos del hombre y no hay
oscuridad del cual no los pueda librar.
Gracias Padre, porque sólo en Ti encuentro las raíces que
dan firmeza a los pasos que doy. Tu presencia me llena y me hace sentir como
aquel árbol que plantado junto a las aguas no puede ser conmovido. De esa
manera Tu agua verdadera me refresca el alma y el espíritu y hace florecer mi
capacidad de amar, pensar y hacer que mis deseos sean siempre los tuyos y que
busque yo por encima de todas las cosas cumplir tu voluntad.
Gracias Padre porque en medio de este mundo oscuro y cuyos
valores se han mayormente perdido por los hombres impíos que contrarían Tu
voluntad, tú me recibes en Tus brazos y me prometes mantenerme siempre alejado
del peligro y del mal, dándome Tu amor cada día y brindándome hermosas
bendiciones que dan testimonio de lo bondadoso, misericordioso y benevolente
que eres con cada uno de Tus hijos.
Pongo en Tus manos mis acciones de este día, y Te pido que
me ilumines para que la obra de mis manos sea solo fruto para Tu gloria y
testimonio de Tu gracia para los que me rodean. Que cada paso que dé sea guiado
por Tu espíritu y conforme al maravilloso propósito que me guardas Señor. Te lo
pido, En El Nombre de Jesús.
Señor, el milagro de abrir mis ojos hoy solo lo debo a Tu
infinita misericordia, y no es para menos, pues existen pocos galardones como
el de poder vivir un día más frente a Tu presencia, siendo guiado por Tu
sabiduría y amparado por Tu misericordia. Ayúdame a que este día tenga renovada
esperanza en que las cosas saldrán a mi favor y mi pie no resbalará aun cuando
uno dificultad pueda surgirme en el camino. Y en el caso de que ello acontezca,
recuérdame que Tú, todopoderoso y fiel, estarás allí para batallar conmigo y
sacar de cualquier circunstancia, lo que mejor obre para mi bien.
También quiero agradecerte Padre, porque es sublime tenerte
a mi lado, saber que Tu presencia aumenta mi confianza, y que la certeza de Tu amor
me da la seguridad de sentirme bajo una perfecta protección en todo momento.
Por eso hoy dejo que sean Tus manos y no las mías, las que actúen en este día
que está comenzando. Sé que de esa manera y con esa fe en Tu bondad, todo lo
que realicé será ofrecido a Ti con el mayor amor y el mayor compromiso para que
de ello se rinda el fruto que esperas de todo aquello que desempeñe. Un fruto
que Te agrade y Te glorifique como sólo Tú lo mereces.
Señor, en este día en el que por Tu gracia disfrutaré una
vez más de Tu presencia, me despierto en el regocijo de saber que no me has
abandonado y me has dado una nueva oportunidad de servirte. Te agradezco Tu
bondad y las bendiciones que haces realidad en mi vida: el calor de un techo
donde refugiarme, la comida que pones en mi mesa, el bienestar de mis amigos y
familiares y la bondad más grande que es la de contar contigo, guiándome en
todo momento y cuidándome de todo mal.
Hoy también quiero pedirte perdón por todas mis fallas, por
aquellas cosas que no te agradaron y que fueron para Ti motivo de decepción.
Soy imperfecto, y pesar de intentar conducirme por Tus caminos, sé que llegarán
momentos en los que fallaré y por ello te pido que me des la sabiduría para
tomar buenas decisiones, y que Tu espíritu tome mi corazón y mi mente para que
sea él quien oriente cada una de mis acciones, de forma que pueda ser yo un
verdadero instrumento de tu obra.
Amado Señor, que este día de recogimiento y compartir
familiar sea un día desbordado de felicidad, concordia, comunión y disfrute
entre todos nosotros, y que Tus manos se posen sobre nuestro bienestar físico,
nuestros deberes y sobre todos aquellos anhelos y sueños que tengamos.
Y si, como es normal en la vida, nos llega la prueba, o una
circunstancia que nos robe la paz, angustiando nuestro corazón y colocando
temor en nuestras mentes, intercede con Tu poder para que no olvidemos que en
la batalla peleas con nosotros y siempre nos darás junto con la prueba la
salida, y junto con las preguntas, las correctas respuestas.
Gracias Padre por escuchar mi clamor y por colmar mi corazón
con paz, tranquilidad y calma, aún en medio de las tormentas de la vida. Se la
luz de nuestros senderos y el pastor de cada uno de nuestros pasos, que no nos
falte Tu presencia, pues solo Tú puedes colmar verdadera y completamente cada
uno de nuestros corazones.
Señor, en el inicio de esta mañana, que marca una nueva
jornada a caminar junto a Ti, quiero nuevamente agradecerte por todas las cosas
buenas y las bendiciones que derramas en mi vida. Sé que a veces las doy por
sentadas, y no es mi intención pasar por alto tan grandiosas bendiciones. Y es
que me dejo llevar por el ajetreo y el ritmo acelerado de todas las cosas que
tengo que hacer. Y de allí que te pido que me ayudes a recordar las cosas
sencillas que me traen alegría: un momento de risa, la simpatía de un
desconocido, el encuentro con la inocencia de un niño y todos esos momentos en
los que las cosas, aún sin yo percibirlo, obran para mi bien.
También te pido Señor, que abras mi corazón, en los momentos
en los que no lo vea, a ser más considerado con todos mis hermanos. Que no
caiga en el egoísmo de pensar en mi propio beneficio sino que ejercite poner
mis anhelos y deseos después de la necesidad de alguien a mi alrededor, que
pueda estar pasando por una mayor tribulación, pues Tu nos has mandado a
hacernos los últimos para darte gloria, a ver con mayor compasión y
misericordia al hermano que más sufre, y a entregar lo mejor de nosotros en beneficio
de aquel que lo necesita, como Tú entregaste a Tu hijo por nosotros en el mayor
y más amoroso de los sacrificios.
Señor, en los rayos del sol que dan cuenta del nuevo día que
hoy comienza, veo la perfección de Tu creación y lo inmenso de Tu bondad al
habernos regalado tantas maravillas para nuestro disfrute, halladas en todo lo
que fue hecho de Tu mano que día a día observamos, pero que muchas veces por el
azar de nuestra rutina damos por sentado o pasamos desapercibido. Por ello hoy
te pido que me fortalezcas en mi espíritu de gratitud, de forma que vea la
grandeza de las bendiciones que ya has puesto en mi vida, poder respirar, ver,
contar con todos mis sentidos, valerme por mis propios medios y que bendigas y
muestres Tu gloria, como Tu mismo lo has prometido, en aquellos que no gozan de
alguna de esas bendiciones, pero que sé que con perfección Tus suples en otros
ámbitos de su vida, pues a ninguno de Tus hijos jamás, abandonas.
Hoy también quiero clamar a Ti Señor, por todos aquellos
devenidos en grandes sufrimientos: la pérdida de un ser querido, la enfermedad
grave de un amigo o la perdida propia y crónica de salud, aquellos caídos en
depresión, en tristeza y en desánimo, los que están contritos por una deuda económica
o la falta de sustento para sus familias, a todos ellos confórtalos Padre,
muéstrales Tu gracia y toca su corazón para que sientan Tu presencia y en Ti
hallen la esperanza que calme Su dolor y alivie Su sufrimiento.
Salmo 103:1: "Bendice al Señor, alma mía, y todo lo que
hay en mí, bendice su santo nombre".
Oh, Dios Santísimo y Eterno, mi Padre celestial, tu nombre
es santo y venerado. Te imploro, oh alma mía, y te insto a bendecir y exaltar
tu nombre sagrado. Te adoro con devoción, admiración y amor en este día que me
has otorgado.
Bendigo tu nombre, Elohim, el Creador del cielo y de la
tierra, que existía desde el principio. Tú me has formado y me has colmado de
gloria y honor. Eres el Dios de poder y fortaleza.
¡Santo es tu nombre!
Bendigo tu nombre, El-Shaddai, Dios Todopoderoso de las
bendiciones. Tú eres quien provee y sacia todas mis necesidades. Eres generoso
y suficiente en todo.
¡Santo es tu nombre!
Bendigo tu nombre, Adonai, mi Señor y Guía. Tú eres Jehová,
el que existe por sí mismo. Siempre estás presente y te revelas a través de
Jesucristo, el mismo ayer, hoy y siempre.
¡Santo es tu nombre!
Bendigo tu nombre, Jehová-Jireh, el que ve y provee para mis
necesidades.
¡Santo es tu nombre!
Bendigo tu nombre, Jehová-Rapha, mi sanador y el que endulza
las amargas experiencias. Enviaste tu Palabra y sanaste mis dolencias.
Perdonaste mis iniquidades y curaste mis enfermedades.
¡Santo es tu nombre!
Bendigo tu nombre, Jehová-Nissi, mi Victoria, mi Estandarte.
Tu estandarte sobre mí es amor. Cuando el enemigo viene como un torrente,
levantarás un estandarte contra él.
¡Santo es tu nombre!
Bendigo tu nombre, Jehová-Shalom. Tú eres mi Paz, la paz que
sobrepasa todo entendimiento, la que guarda mi corazón y mi mente en Cristo Yeshua
Hamashia.
¡Santo es tu nombre!
Aleluya a Jehová-Shammah, el que nunca me dejará ni
abandonará. Siempre estás conmigo, consolándome y fortaleciéndome. Con
confianza declaro que el Señor es mi ayudante; no seré vencido por la ansiedad
ni el miedo.
Cuida de mí mientras estoy en mi trabajo en mis tareas diarias.
En el nombre de Yeshua Hamashia, ¡amén!
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