Por Sara Más
Los medios de comunicación y la producción mediática tienen una función clave en la representación que se hace hoy día de la sexualidad, señalan especialistas e investigadores.
Los medios de comunicación y la producción mediática tienen una función clave en la representación que se hace hoy día de la sexualidad, señalan especialistas e investigadores.
"Tras los nuevos despliegues tecnológicos sobreviven los viejos
contenidos", mientras "los fantasmas de la dominación androcéntrica
esgrimen el cuerpo como pretexto", sostuvo la periodista cubana Isabel
Moya, investigadora de los nexos entre las teorías de género y
comunicación.
"En las telenovelas, los videos clips y la publicidad, el cuerpo
femenino predominante sigue respondiendo a arquetipos en la
homogenización cultural patriarcal, heteronormativa, que desconoce la
multiplicidad de identidades de género", precisó Moya en la sesión final
del VI Congreso Cubano de Educación, Orientación y Terapia Sexual, el
26 de enero.
La comunicadora abundó en que, muchas veces, el debate se detiene en qué temas resultan o no pertinentes, cuán explícita es la representación de esa sexualidad, cuántos milímetros de piel se exhiben o si el desnudo debe ser frontal o de espaldas, citó como ejemplos.
Se trata, dijo, de un debate universal que, en el caso cubano, adquiere connotaciones específicas "por el papel y el rol que se le concede al sistema de medios de comunicación en el ámbito de la información, la responsabilidad social y el entretenimiento en una sociedad que tiene como fin la realización plena del ser humano sexuado".
Pero la esencia del asunto va más allá de clasificaciones de productos audiovisuales para tal o cual edad, en dependencia de desnudos más o menos explícitos, puntualizó la experta.
En su opinión, "debemos detenernos en cuál es la sexualidad que pretenden 'naturalizar' los medios y el control que se pretende ejercer sobre los cuerpos y las subjetividades a través de estas prácticas legitimadoras de una sexualidad considerada como 'lo normal'", sostuvo.
Aunque partió de reconocer que la sexualidad está presente de múltiples formas en los medios, recordó que es también "expresión de demonios, prejuicios y estereotipos".
De ese modo se refirió a los condicionantes que, en cada sociedad y contexto histórico particular, han rodeado la concepción sobre los cuerpos, así como los juicios de valor sobre lo considerado femenino y masculino, "en realidades androcéntricas, falocéntricas, patriarcales y heteronormativas", contextualizó.
Moya se mostró partidaria de empezar por reconocer la multiplicidad de seres humanos, identidades y la propia amplitud del término sexualidad, así como la necesidad de que "esa multiplicidad sea narrada a través de los medios, legitimadores de los imaginarios en nuestros días".
La comunicadora abundó en que, muchas veces, el debate se detiene en qué temas resultan o no pertinentes, cuán explícita es la representación de esa sexualidad, cuántos milímetros de piel se exhiben o si el desnudo debe ser frontal o de espaldas, citó como ejemplos.
Se trata, dijo, de un debate universal que, en el caso cubano, adquiere connotaciones específicas "por el papel y el rol que se le concede al sistema de medios de comunicación en el ámbito de la información, la responsabilidad social y el entretenimiento en una sociedad que tiene como fin la realización plena del ser humano sexuado".
Pero la esencia del asunto va más allá de clasificaciones de productos audiovisuales para tal o cual edad, en dependencia de desnudos más o menos explícitos, puntualizó la experta.
En su opinión, "debemos detenernos en cuál es la sexualidad que pretenden 'naturalizar' los medios y el control que se pretende ejercer sobre los cuerpos y las subjetividades a través de estas prácticas legitimadoras de una sexualidad considerada como 'lo normal'", sostuvo.
Aunque partió de reconocer que la sexualidad está presente de múltiples formas en los medios, recordó que es también "expresión de demonios, prejuicios y estereotipos".
De ese modo se refirió a los condicionantes que, en cada sociedad y contexto histórico particular, han rodeado la concepción sobre los cuerpos, así como los juicios de valor sobre lo considerado femenino y masculino, "en realidades androcéntricas, falocéntricas, patriarcales y heteronormativas", contextualizó.
Moya se mostró partidaria de empezar por reconocer la multiplicidad de seres humanos, identidades y la propia amplitud del término sexualidad, así como la necesidad de que "esa multiplicidad sea narrada a través de los medios, legitimadores de los imaginarios en nuestros días".
http://comunicacion.redsemlac-cuba.net/Genero-y-Comunicacion/EN-AGENDA/Comunicacion-Nuevas-tecnologias-con-viejos-contenidos.html
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