domingo, 11 de diciembre de 2016

LA IMPORTANCIA DEL JUEGO EN EL APRENDIZAJE Y EL DESARROLLO INFANTIL

“JUEGO”
El juego es un concepto muy difícil de definir. Quizás es más fácil reconocerlo que definirlo. Sin embargo, podemos decir que es una actividad espontánea y placentera en la cual el niño recrea y transforma la realidad, trayendo su experiencia interna y haciéndola dialogar con el mundo exterior en el cual participa.

LA IMPORTANCIA DEL JUEGO EN EL APRENDIZAJE Y EL DESARROLLO INFANTIL

 Herramientas para crear juegos didácticos digitales
Herramientas para crear juegos didácticos digitales



Definición de juego.

El juego es la actividad que permite el desarrollo sano de los  niños y niñas, les  brinda un espacio alegre, mágico, creativo de aprendizaje y de entretenimiento. El  ser humano es bello siempre y aún más cuando juega. El juego permite al niño y  la niña descubrir su cuerpo, desarrollar su vocabulario, conocer a otras personas, relacionarse con ellas e imitar por medio de juego de roles; además facilita el  desarrollo de muchas funciones.

El juego como actividad de enseñanza y como proceso metodológico.

Entre los distintos tipos de actividades que son asequibles a los educandos en la  etapa de la educación infantil, hay que referirse al juego, ya que en los más diversos sistemas pedagógicos se considera muy importante para el desarrollo  infantil, aunque ocupe en ellos lugares diferentes.

Muchos sistemas educativos utilizan el juego solo como recreación; en otros, como recurso metodológico, sin tener en cuenta que este puede tener una mayor implicación en el proceso de enseñanza y aprendizaje cuando se le valora como  actividad de desarrollo (actividad directriz o fundamental).
El juego no se puede caracterizar como mera diversión, deseo o forma de evasión, el juego es fundamento principal del desarrollo psicoafectivo y emocional y el principio de todo descubrimiento y creación. Como proceso ligado a las  emociones contribuye enormemente a fortalecer los procesos cognitivos; tal como lo afirma Piaget (1970) “el juego constituye un verdadero revelador de la evolución mental del niño”; para lograr comprender como funciona el juego ligado al desarrollo y al aprendizaje es necesario entender la génesis del juego; es necesario recordar que el niño utiliza objetos (frazadas, objetos blandos, juguetes), para liberar todas la tenciones y conflictos originados por la ausencia breves del contacto materno.

El juego como estrategia de aprendizaje.

En la escuela infantil, en el proceso de enseñanza y aprendizaje, la actividad didáctica que propicia con mayor éxito la creación es el juego, principal actividad del niño; en él se crea un universo de sentido, donde aparece la acción en la esfera imaginativa y la creación de propósitos voluntarios: es memoria en acción, es decir, un camino hacia el desarrollo del pensamiento, propicia el manejo y construcción de normas, y habilidades cognitivas, exhorta al placer de la comunicación, al descubrimiento y comprensión de la vida.

De hecho, el propósito del juego en la pedagogía infantil, es la formación integral del niño en ambientes lúdicos donde interactúa el conocimiento y la diversión, la práctica y el disfrute del saber desde una perspectiva desarrolladora; se constituye así una herramienta para establecer procesos de investigación sobre la práctica pedagógica, desde un modelo de intervención que aproveche y cualifique el proceso natural de reconstrucción de conocimientos que de manera interactiva realizan los niños mientras juegan.

Por consiguiente, la estrategia didáctica de la intervención se fundamenta en la pedagogía de la espontaneidad (Aguilar 1989), en el concepto de zona de desarrollo próximo de Vygotsky (1933/79) y en las tesis de Bruner sobre el desarrollo cognitivo y las formas de representación (1966), sus teorías sobre el juego (1984) y finalmente las investigaciones que proporcionan un modelo de análisis de los conocimientos que se actualizan en el juego (Bretherton 1984), las cuales ofrecen elementos importantes para emprender experiencias de intervención pertinente, en consonancia con las formas naturales que poseen los niños para aprender.

El juego como recurso educativo

El juego tiene dos componentes, uno de entretenimiento y otro educativo. El niño cuando juega se divierte y se educa, aunque él no busque ninguna de las dos cosas, puesto que juega por jugar. Es el adulto quien en determinados momentos programa actividades lúdicas como recreo para los niños, buscando otras veces la educación de algunos aspectos de la personalidad del niño.

De lo anteriormente expuesto se deduce que el juego ofrece múltiples ocasiones de aprendizaje, ya que brinda la posibilidad de poner en marcha nuevas habilidades y desarrollar otras ya aprendidas. A parte de esto, y dado que es una actividad natural y la preferida por los niños, el juego supone un punto de partida para proponer y realizar tareas o actividades útiles y conducentes a lograr ciertos objetivos educativos. El docente aprovechará esta fuente de actividad para el trabajo diario, tratará de conocer la forma de juego del grupo con el que trabaje y basará en ella la actividad que con él realice; por ello, las actividades las presentará en forma de juego. Por las características del niño y su forma de juego ha de parecerle libremente elegido y no impuesto.

Su valor didáctico depende de que permita experiencias adecuadas para conseguir determinados objetivos educativos. Ahora bien sin olvidar que es un medio, pero siempre desde el punto de vista del adulto, no del niño que juega.

Importancia del juego en el desarrollo evolutivo del niño

Por medio del juego se favorece el desarrollo de la motricidad, los sentidos, las facultades intelectuales y la adquisición de hábitos intelectuales y la adquisición de hábitos sociales y de cuidado de sí mismo y de los demás como del mundo que lo rodea.

En algunos juegos se ejercitan funciones motrices, como la sincronización de movimientos, la coordinación visual-motriz o el desarrollo muscular, tanto gruesas como finas. Mediante el juego se estimula la expresión, como en el juego simbólico o en el guiñol (siempre que sea el niño el que maneje el títere) y se favorece la comunicación en todos aquellos que se realizan en compañía de otros niños o con el adulto.

Ventajas del juego en el desarrollo del niño

En cuanto al desarrollo del niño son muchas las ventajas que presentan las canciones infantiles y los juegos rimados; en general favorecen el desarrollo del lenguaje; el niño aprende palabras y expresiones nuevas y hasta es capaz de memorizar, también fomenta la capacidad de atención, la concentración, la imaginación y el desarrollo psicomotor; lo más importante de estas actividades es que refuerzan el vínculo con los padres, porque son juegos para compartir, además en muchos de ellos interviene la psicomotricidad.
http://www2.minedu.gob.pe/minedu/03-bibliografia-para-ebr/59-hora_juego_libre_en_los_sectores.pdf

RELACIÓN ENTRE JUEGO, APRENDIZAJE Y DESARROLLO INFANTIL
El juego, el aprendizaje y el desarrollo infantil se relacionan estrechamente en el cerebro del niño
Jugar es una actividad primordial en la vida de un niño. Durante los primeros seis años de vida, se crean en el cerebro del niño millones de conexiones entre sus neuronas que le permiten aprender y desarrollarse. Es la etapa en la que más conexiones se dan. Una de las formas que tiene el niño para que se produzcan estas conexiones es el juego. Mientras más juega un niño, más conexiones neuronales se crean y, por ende, se desarrolla mejor y aprende más. Si un niño no juega se debilita; sus capacidades se atrofian y su personalidad se marchita. Jugar es una necesidad para el desarrollo cerebral del niño, que lo ayuda a aprender y a crecer mejor.
El juego es el motor del desarrollo y del aprendizaje
El juego dinamiza los procesos de aprendizaje y de desarrollo evolutivo de manera espontánea.
El juego aparece desde muy temprana edad y es una conducta natural. Nadie tiene que enseñarle a jugar a un niño, pero sí ofrecerle un entorno propicio para que esta actividad progrese y se fortalezca. Al jugar, el niño está encendiendo el motor de su desarrollo y aprendizaje.
El juego es el espejo del desarrollo y el aprendizaje
El juego de un niño refleja el nivel de desarrollo alcanzado y los aprendizajes logrados por éste. El juego muestra hasta dónde ha llegado un niño y qué está a punto de lograr.
El juego sólo puede aparecer en un entorno compuesto por personas afectuosas que dan sentido a su existencia y lo humanizan
La red de vínculos familiares y sociales es el marco donde el juego se despliega como dinamizador del desarrollo y del aprendizaje. Un entorno afectivo y seguro, interacciones humanas amorosas y estímulos humanos, como la comunicación, son elementos esenciales para que el niño crezca jugando, aprendiendo y desarrollándose saludablemente.
No sólo el niño se desarrolla a través del juego, sino que el juego también evoluciona en cada niño
La conducta lúdica va cambiando y evolucionando. Conforme el niño avanza en edad y en madurez, el juego se va haciendo más complejo y diversificado. Entre los 0 y 5 años estos cambios ocurren muy rápidamente. Hay una secuencia observable en el juego de los niños: primero, exploran objetos simples, luego los combinan y, por último, representan cosas con ellos. Contar con información detallada sobre esta secuencia es importante para todo adulto que trabaje con niños.

El juego libre en los diferentes sectores o ambientes, es una actividad que no recae bajo el control, planificación o influencia del adulto. No tiene un fin instrumental, no se hace para alcanzar una meta determinada sino es un fin en sí mismo para apoyar el desarrollo y aprendizaje de los niños.
Jugar y explorar no es lo mismo

Una primera idea que ayuda a definir lo que es propiamente “juego” es que jugar no es lo mismo que explorar. Cuando un niño explora un objeto o el entorno su pregunta personal es: ¿qué hace este objeto? Cuando el niño juega su pregunta es: ¿qué puedo hacer yo con este objeto? Esto quiere decir que el juego supone más que explorar, esto es, supone que el niño se involucre en esta actividad, ponga en marcha su imaginación y se dé una transformación de ese objeto y de esa realidad.

Juego y actividad recreativa dirigida no es lo mismo

Muchos educadores y padres de familia tienen la idea de que “jugar” es que los niños sigan las consignas de un adulto que los invita a realizar una actividad divertida. Por ejemplo, los adultos proponen a los niños “jugar a hacer palmaditas y zapatear”, la mayoría de veces, con fines didácticos o recreativos. Sin embargo, es importante distinguir que las actividades recreativas propuestas por el adulto no deben ser entendidas como “juego” propiamente dicho. Al menos no como “juego libre”. El juego libre en los sectores es una actividad espontánea, que parte de la decisión del niño y de su proceso personal de crear una actividad acorde a sus intereses y necesidades.

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