“JUEGO”
El juego es un concepto muy difícil de
definir. Quizás es más fácil reconocerlo que definirlo. Sin embargo, podemos
decir que es una actividad espontánea y placentera en la cual el niño recrea y
transforma la realidad, trayendo su experiencia interna y haciéndola dialogar
con el mundo exterior en el cual participa.
LA IMPORTANCIA DEL
JUEGO EN EL APRENDIZAJE Y EL DESARROLLO INFANTIL
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Definición de juego.
El juego es la
actividad que permite el desarrollo sano de los niños y niñas, les brinda un espacio alegre, mágico, creativo de
aprendizaje y de entretenimiento. El ser
humano es bello siempre y aún más cuando juega. El juego permite al niño y la niña descubrir su cuerpo, desarrollar su
vocabulario, conocer a otras personas, relacionarse con ellas e imitar por
medio de juego de roles; además facilita el desarrollo de muchas funciones.
El juego como actividad de enseñanza y como proceso metodológico.
Entre los
distintos tipos de actividades que son asequibles a los educandos en la etapa de la educación infantil, hay que referirse
al juego, ya que en los más diversos sistemas pedagógicos se considera muy
importante para el desarrollo infantil,
aunque ocupe en ellos lugares diferentes.
Muchos
sistemas educativos utilizan el juego solo como recreación; en otros, como
recurso metodológico, sin tener en cuenta que este puede tener una mayor
implicación en el proceso de enseñanza y aprendizaje cuando se le valora como actividad de desarrollo (actividad directriz o
fundamental).
El juego no se
puede caracterizar como mera diversión, deseo o forma de evasión, el juego es fundamento principal del desarrollo psicoafectivo y emocional y
el principio de todo descubrimiento y creación. Como proceso ligado a las emociones contribuye enormemente a fortalecer
los procesos cognitivos; tal como lo afirma Piaget (1970) “el juego constituye
un verdadero revelador de la evolución mental del niño”; para lograr comprender
como funciona el juego ligado al desarrollo y al aprendizaje es necesario
entender la génesis del juego; es necesario recordar que el niño utiliza
objetos (frazadas, objetos blandos, juguetes), para liberar todas la tenciones
y conflictos originados por la ausencia breves del contacto materno.
El juego como estrategia de aprendizaje.
En la escuela
infantil, en el proceso de enseñanza y aprendizaje, la actividad didáctica que
propicia con mayor éxito la creación es el juego, principal actividad del niño;
en él se crea un universo de sentido, donde aparece la acción en la esfera
imaginativa y la creación de propósitos voluntarios: es memoria en acción, es
decir, un camino hacia el desarrollo del pensamiento, propicia el manejo y
construcción de normas, y habilidades cognitivas, exhorta al placer de la
comunicación, al descubrimiento y comprensión de la vida.
De hecho, el
propósito del juego en la pedagogía infantil, es la formación integral del niño
en ambientes lúdicos donde interactúa el conocimiento y la diversión, la
práctica y el disfrute del saber desde una perspectiva desarrolladora; se
constituye así una herramienta para establecer procesos de investigación sobre
la práctica pedagógica, desde un modelo de intervención que aproveche y
cualifique el proceso natural de reconstrucción de conocimientos que de manera
interactiva realizan los niños mientras juegan.
Por
consiguiente, la estrategia didáctica de la intervención se fundamenta en la
pedagogía de la espontaneidad (Aguilar 1989), en el concepto de zona de
desarrollo próximo de Vygotsky (1933/79) y en las tesis de Bruner sobre el desarrollo
cognitivo y las formas de representación (1966), sus teorías sobre el juego
(1984) y finalmente las investigaciones que proporcionan un modelo de análisis
de los conocimientos que se actualizan en el juego (Bretherton 1984), las
cuales ofrecen elementos importantes para emprender experiencias de
intervención pertinente, en consonancia con las formas naturales que poseen los
niños para aprender.
El juego como recurso educativo
El juego tiene
dos componentes, uno de entretenimiento y otro educativo. El niño cuando juega
se divierte y se educa, aunque él no busque ninguna de las dos cosas, puesto
que juega por jugar. Es el adulto quien en determinados momentos programa
actividades lúdicas como recreo para los niños, buscando otras veces la
educación de algunos aspectos de la personalidad del niño.
De lo
anteriormente expuesto se deduce que el juego ofrece múltiples ocasiones de
aprendizaje, ya que brinda la posibilidad de poner en marcha nuevas habilidades
y desarrollar otras ya aprendidas. A parte de esto, y dado que es una actividad
natural y la preferida por los niños, el juego supone un punto de partida para
proponer y realizar tareas o actividades útiles y conducentes a lograr ciertos
objetivos educativos. El docente aprovechará esta fuente de actividad para el
trabajo diario, tratará de conocer la forma de juego del grupo con el que
trabaje y basará en ella la actividad que con él realice; por ello, las
actividades las presentará en forma de juego. Por las características del niño
y su forma de juego ha de parecerle libremente elegido y no impuesto.
Su valor
didáctico depende de que permita experiencias adecuadas para conseguir
determinados objetivos educativos. Ahora bien sin olvidar que es un medio, pero
siempre desde el punto de vista del adulto, no del niño que juega.
Importancia del juego en el desarrollo evolutivo del
niño
Por medio del
juego se favorece el desarrollo de la motricidad, los sentidos, las facultades
intelectuales y la adquisición de hábitos intelectuales y la adquisición de
hábitos sociales y de cuidado de sí mismo y de los demás como del mundo que lo
rodea.
En algunos
juegos se ejercitan funciones motrices, como la sincronización de movimientos,
la coordinación visual-motriz o el desarrollo muscular, tanto gruesas como
finas. Mediante el juego se estimula la expresión, como en el juego simbólico o
en el guiñol (siempre que sea el niño el que maneje el títere) y se favorece la
comunicación en todos aquellos que se realizan en compañía de otros niños o con
el adulto.
Ventajas del juego en el desarrollo del niño
En cuanto al
desarrollo del niño son muchas las ventajas que presentan las canciones
infantiles y los juegos rimados; en general favorecen el desarrollo del
lenguaje; el niño aprende palabras y expresiones nuevas y hasta es capaz de
memorizar, también fomenta la capacidad de atención, la concentración, la
imaginación y el desarrollo psicomotor; lo más importante de estas actividades
es que refuerzan el vínculo con los padres, porque son juegos para compartir,
además en muchos de ellos interviene la psicomotricidad.
http://www2.minedu.gob.pe/minedu/03-bibliografia-para-ebr/59-hora_juego_libre_en_los_sectores.pdf
RELACIÓN ENTRE JUEGO,
APRENDIZAJE Y DESARROLLO INFANTIL
El juego, el aprendizaje y el desarrollo infantil se relacionan
estrechamente en el cerebro del niño
Jugar es una actividad
primordial en la vida de un niño. Durante los primeros seis años de vida, se
crean en el cerebro del niño millones de conexiones entre sus neuronas que le
permiten aprender y desarrollarse. Es la etapa en la que más conexiones se dan.
Una de las formas que tiene el niño para que se produzcan estas conexiones es
el juego. Mientras más juega un niño, más conexiones neuronales se crean y, por
ende, se desarrolla mejor y aprende más. Si un niño no juega se debilita; sus
capacidades se atrofian y su personalidad se marchita. Jugar es una necesidad
para el desarrollo cerebral del niño, que lo ayuda a aprender y a crecer mejor.
El juego es el motor del desarrollo y del aprendizaje
El juego
dinamiza los procesos de aprendizaje y de desarrollo evolutivo de manera
espontánea.
El juego
aparece desde muy temprana edad y es una conducta natural. Nadie tiene que
enseñarle a jugar a un niño, pero sí ofrecerle un entorno propicio para que
esta actividad progrese y se fortalezca. Al jugar, el niño está encendiendo el
motor de su desarrollo y aprendizaje.
El juego es el espejo
del desarrollo y el aprendizaje
El juego de un niño refleja el nivel de
desarrollo alcanzado y los aprendizajes logrados por éste. El juego muestra
hasta dónde ha llegado un niño y qué está a punto de lograr.
El juego sólo puede aparecer en un entorno compuesto por personas
afectuosas que dan sentido a su existencia y lo humanizan
La red de vínculos familiares y sociales es el marco donde el juego se
despliega como dinamizador del desarrollo y del aprendizaje. Un entorno
afectivo y seguro, interacciones humanas amorosas y estímulos humanos, como la
comunicación, son elementos esenciales para que el niño crezca jugando,
aprendiendo y desarrollándose saludablemente.
No sólo el niño se desarrolla a través del juego, sino que el juego
también evoluciona en cada niño
La conducta lúdica va cambiando y evolucionando. Conforme el niño avanza en edad y en madurez, el
juego se va haciendo más complejo y diversificado. Entre los 0 y 5 años estos
cambios ocurren muy rápidamente. Hay una secuencia observable en el juego de
los niños: primero, exploran objetos simples, luego los combinan y, por último,
representan cosas con ellos. Contar con información detallada sobre esta
secuencia es importante para todo adulto que trabaje con niños.
El juego libre en los
diferentes sectores o ambientes, es una actividad que no recae bajo el control,
planificación o influencia del adulto. No tiene un fin instrumental, no se hace
para alcanzar una meta determinada sino es un fin en sí mismo para apoyar el
desarrollo y aprendizaje de los niños.
Jugar y explorar no es lo mismo
Una primera idea que ayuda a definir lo que es propiamente “juego” es
que jugar
no es lo mismo que explorar. Cuando un niño explora un objeto o el entorno su pregunta personal es: ¿qué hace este
objeto? Cuando
el niño juega su pregunta es: ¿qué puedo hacer yo con este objeto? Esto quiere decir que el juego supone más que
explorar, esto es, supone que el niño se involucre en esta actividad, ponga en
marcha su imaginación y se dé una transformación de ese objeto y de esa
realidad.
Juego y actividad recreativa dirigida no es lo mismo
Muchos educadores y padres de familia tienen la idea de que “jugar” es
que los niños sigan las consignas de un adulto que los invita a realizar una
actividad divertida. Por ejemplo, los adultos proponen a los niños “jugar a
hacer palmaditas y zapatear”, la mayoría de veces, con fines didácticos o
recreativos. Sin embargo, es importante distinguir que las actividades
recreativas propuestas por el adulto no deben ser entendidas como “juego”
propiamente dicho. Al menos no como “juego libre”. El juego libre en los
sectores es una actividad espontánea, que parte de la decisión del niño y de su
proceso personal de crear una actividad acorde a sus intereses y necesidades.
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